Gui-Gui, una joya exótica enclavada en la costa occidental de Gran Canaria, permanece escondida dentro de un vasto barranco, eludiendo la mirada de muchos turistas. Su aislamiento hace que a menudo esté desierto, lo que ofrece un escape tranquilo de los bulliciosos centros turísticos populares. Para llegar a este paraíso apartado, los aventureros deben embarcarse en un desafiante viaje bajo el sol abrasador, navegando a través de barrancos y senderos estrechos y rocosos. La caminata desde el pueblo más cercano hasta Gui-Gui dura varias horas. Alternativamente, algunos visitantes optan por un paseo panorámico en barco o en taxi acuático desde La Aldea.
La prístina playa de arena natural no ofrece comodidades, salvo el cálido abrazo de las aguas del océano, la majestuosa presencia de imponentes rocas y una suave pendiente que conduce a la orilla del agua. Si bien nadar puede ser peligroso y es mejor evitarlo, tomar el sol aquí es una experiencia sublime. La playa de Gui-Gui es un paraíso para quienes buscan soledad, parejas románticas y nudistas que desean estar en comunión con la naturaleza en estado puro.